'Silencio en la Nieve' es la última superproducción española, un thriller ambientado en la Rusia de 1943. Durante la Segunda Guerra Mundial, la División Azul, compuesta por 18.000 soldados, está luchando en el bando alemán. La forman falangistas y voluntarios. Entre estos últimos se encuentran muchos republicanos que se han alistado con la intención de borrar su pasado o limpiar su hoja de servicios.
La película, basada en la novela de Ignacio del Valle 'El tiempo de los emperadores extraños', comienza con la llegada de un batallón de la División Azul a un lago congelado. Allí se topa con varias cabezas de caballos esparcidas sobre la superficie congelada. Sus cuerpos están sumergidos bajo el hielo y junto a uno de los caballos, encuentran el cadáver de un soldado español con un tajo que le atraviesa el cuello de lado a lado y una inscripción en el pecho grabada a cuchillo: "Mira que te mira Dios".
Trailer
El director y productor de la película es Gerardo Herrero, un cineasta con amplia experiencia que ha confesado: "es la película de la que me siento más orgulloso", y viendo el resultado no es para menos.
A propósito de los personajes, cuenta que "Arturo Andrade -Botto- fue inspector de la policía durante la II República, cargo que siguió desempeñando durante los primeros meses del franquismo. Sus superiores no tienen claro si se ha alistado en la División convencido de la lucha contra el Ejército Rojo o como una manera de saldar viejas deudas políticas. Sigue con obstinación los pasos del asesino, en medio de una guerra brutal que parece estar debilitando y enloqueciendo a todos. Entabla una relación con Zira, una chica rusa interpretada por Gabriele Malinauskaite, y con un niño que ha quedado huérfano, tal vez como una manera de conservar un resto de humanidad entre tanta barbarie".
Juan Diego Botto en un fotograma de la película |
Juan Diego Botto define su personaje como "reservado, reflexivo, un tanto irónico, que prácticamente habla muy poco de sí mismo. Me recordaba mucho a los personajes clásicos del género. Es un inspector de policía que no es muy adepto ni a la falange ni al movimiento nacional y que posiblemente esté ahí para limpiar un poco su expediente. En medio de todo este disparate que es la guerra encuentra un poco de sentido aferrándose a la lógica de la investigación que es lo que él conoce".
Según Herrero, "quería un contraste de personajes que fueran un poco poli bueno-poli malo, tipo Holmes y Watson, dos personajes muy diferentes". Con respecto al sargento Espinosa -Gómez-, "quería un tipo con ideas fascistoides pero básicamente campesino, que había estado luchando en el lado nacional, posiblemente porque le había tocado ese lado. Que hubiera descubierto ya el horror de la guerra, que hubiera descubierto ya qué hacían ellos metidos en esa guerra, qué demonios pintaban ellos en esa batalla, pero que tuviera por otro lado un humor socarrón, y fuese un tipo descreído, poco habituado a la guerra, pero ya con el callo de haber estado en la Guerra Civil Española".
El actor Carmelo Gómez interpreta al sargento Espinosa |
Carmelo Gómez dice que su personaje "fue creciendo y tomando importancia en todos los sentidos. Tanto a nivel personal como a nivel estructural. Espinosa acompaña a Arturo por todos los capítulos de este infierno hasta llegar a consumar una investigación de los asesinatos que se están produciendo".
"Todos los personajes viven con una simbólica soga al cuello, tambaleándose en la frontera intangible entre la vida y la muerte; están en medio de una guerra que está a punto de acabar. Todos ellos se mueven en un paisaje helado, constantemente cubierto de nieve y en el que reina la soledad, lo que se refleja en el estado emocional de los personajes: aparentemente son fuertes, pero si se les mira detenidamente puede verse lo frágiles que son en realidad", advierte Herrero.
En relación a los decorados, los exteriores y algunos interiores de 'Silencio en la Nieve' se rodaron en Lituania. Según el director, "por una vez, el clima acompañó la aventura. Afortunadamente para la película, no tanto para el equipo. Rodar con temperaturas de –25º es duro. El primer día tuvimos que retrasarnos porque los aparatos que calentaban las tanquetas y las motos se habían congelado. Hubo que descongelar los descongeladores".
Herrero afirma que "el equipo no sólo aguantó el tipo, sino que se creció ante la adversidad. En una secuencia concreta, un interior, las temperaturas rozaron los -35º. Para quien no haya vivido eso, hay que decir que el frío muerde con saña y cuando te descuidas te posee una placidez de muerte que antecede a la congelación". Y Juan Diego Botto añade: "los divisionarios llegaron a tener 30 grados bajo cero. Daba más miedo el frío que los rusos".
Por otra parte, "disponer de los tanques y tanquetas, las motos, los carromatos de la época no fue fácil. Hubo que buscarlos por toda Europa y llevarlos hasta Vilna, en Lituania. La cara de sorpresa de la gente que veía pasar esos convoyes de material miliar era digna de verse. No olvidemos que esos países siguen temiendo a su gran vecino y ver unos cuantos tanques con la estrella roja debió de despertar recuerdos en más de uno", rememora el director.
"En cambio, los interiores que rodamos en La Ciudad de la Luz fueron lo contrario, evidentemente. Temperatura idónea, un espacio ideal para rodar y el mar tentador enfrente. Eso es la magia del cine, luego cuesta separar qué se ha rodado en un sitio de otro y queda la película", concluye Herrero.
Se estrena el 20 enero 2012.
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